Tanto si estamos en tratamiento como si lo hemos concluido el ejercicio físico aportará importantes beneficios. Durante el tratamiento del cáncer, los principales beneficios del ejercicio están relacionados con los diferentes efectos secundarios que hacen que el tratamiento sea más difícil. El cansancio, la fatiga, la falta de energía, son seguramente unos de los que más se presentan, y el ejercicio logra que estos sean menos intensos. Además, es importante entender que nuestro organismo sufre y se deteriora con los tratamientos y esto puede suponer problemas de salud futuros que hoy puede que no consideremos importantes. El ejercicio físico disminuye el deterioro de los tratamientos y nos ayudará a poder recuperar nuestra salud mucho antes, cuando concluye el tratamiento.
En este blog encontraras tips para la mayoría de los efectos secundarios y como el ejercicio puede influir positivamente en ellos. Te invitamos a descubrir todo lo que el ejercicio físico puede hacer por ti.

Una vez superado el tratamiento principal (recordemos que en muchas ocasiones seguiremos tomando medicación durante años), nuestro organismo ha quedado deteriorado y esto puede suponer importantes problemas de salud futura, como la osteoporosis, dolores articulares, debilidad o problemas cardiovasculares. El ejercicio físico es una herramienta segura y eficaz para recuperarnos de este desgaste y recuperar nuestro ritmo normal de vida.