El ejercicio te ayuda durante el tratamiento del cáncer de pulmón. Para ello es recomendable que realices ejercicios que mantengan tu capacidad respiratoria. También es importante mejorar la movilidad del tórax y aumentar la fuerza, especialmente de las piernas.
Nuestra capacidad respiratoria necesita de nuestros pulmones a pleno rendimiento. Los fármacos y las cirugías disminuyen su capacidad. El ejercicio cardiovascular a demostrado evitar este deterioro. En este cáncer es muy común la llamada DISNEA o falta de aire en la actividad diaria. Esto reduce mucho nuestra capacidad para realizar actividad física, lo que hace muy importante realizar ejercicio supervisado y bien diseñado.
Existen diferentes tipos de cirugías relacionadas con el cáncer de pulmón. En todas el tejido pulmonar sufre daños. El programa de ejercicio ha de adaptarse a los procesos de cicatrización y las restricciones de movimiento. Una movilidad y fuerza adecuadas de los músculos que se encuentran en esta zona mejorará tu mecánica ventilatoria y la respiración.
Tu capacidad para desplazarte depende de la energía que haces llegar a los músculos y la fuerza que estos tengan para poder mover el peso de tu cuerpo. Los fármacos, la propia enfermedad y la inactividad (sobre todo tras periodos de reposo por cirugía) debilitan muy rápido tu musculatura, especialmente la de las piernas. Por ello, debes mantener y mejorar la fuerza y para ello el programa de ejercicio debe estar muy bien diseñado, ya que tu tolerancia a los esfuerzos puede ser baja.
El ejercicio te ayuda durante el tratamiento del cáncer de pulmón. Para ello se debe tener en cuenta:
- Es necesario que inicies un programa de entrenamiento bien diseñado y supervisado
- El programa debe incluir entrenamiento de fuerza, sobre todo de las piernas
- El ejercicio cardiovascular es fundamental para mejorar la disnea